LA JOGUERA PORRUANA
LA JOGUERA PORRUANA
El rito de plantación de la joguera, muy presente en el calendario festivo del concejo de Llanes, se celebra en Porrúa la víspera de San Justo y San Pastor, festividad ésta del segundo domingo de agosto. Fue recuperada a instancia de la Asociación Cultural Llacín -en el año 2005- que la incorporó ese año al programa festivo de la Romería del Llaciniegu, que se lleva a cabo en el mes de julio, pasando después a la fecha que ahora se celebra.
Curiosamente la incorporación de la joguera al calendario festivo porruano se produce en la posguerra, sin que tengamos constancia de precedente alguno, con los datos de que disponemos hoy, y va unida a la polémica sobre la fecha de fijación de la festividad de los citados santos.
La fiesta de los santos Justo y Pastor se celebraba el día 9 de agosto, en Porrúa, suscitándose en 1934 el debate al querer una parte del pueblo trasladarla a domingo. Rogelia Martínez, en su libro «Porruanos, so jabla, sos costumbres» (1997), señala que “los promotores del cambiu de fecha joren la familia del Colláu Sorvilla (indianos de Cuba), porque la establecerse en la Villa no podía vinir a san Justo cuando la fiesta caía’n domingo”, aunque quizás no haya que descartar al resto del elemento indiano, ciertamente influyente, y a que todo ello casaba mejor con las propias ocupaciones de trabajo de todos y la época del año, tanto en el pueblo como en el monte, y –en fin- que coincide en un momento en que la sociedad civil porruana hacia valer su benéfica influencia, favorecida por el momento político que se vivía.
Lo cierto es que el traslado de la fiesta se debatió en concejo y se tomó acuerdo el 21 de julio de 1934 al respecto. En Colección documental de la parroquia de Porrúa (Villaverde, 1997, acuerdo 166) podemos ver que se acordó “sacar a votación dicho traslado de las fiestas de San Justo y San Pastor” y se aprobó por mayoría cualificada “que sea la fiesta el segundo domingo de agosto”. Era alcalde Adolfo Concha y secretario Manuel Noriega. No consta, pero es obligado suponer, que el debate se aprobó en tal instancia por hacerse opuesto al traslado de fecha el cura, a la sazón Sabino Rodríguez Moro, y un pequeño grupo de vecinos (según testimonios orales, en consonancia con el resultado de la votación).
En dicho año de 1934 la celebración, llevada a cabo el domingo 12 de agosto, resultó excepcional, ya que se inauguró el templete del Parque, del que es autor el arquitecto Joaquín Ortiz, y al año siguiente continuó celebrándose el segundo domingo, esta vez el 11 de agosto. Tras el golpe de estado contra la República, y en una España en guerra, en los años 1936 y 1937 no se celebró la festividad, que debió volver en 1938 y 1939, al menos en su vertiente religiosa, siendo en 1940 cuando vuelve a presentarse la polémica de si celebrar la fiesta el 9 de agosto o el segundo domingo, ya instalado como párroco José Suárez, que no accedía a la celebración conforme se había votado en conceju.
La joguera surge como contestación, en dicho año 1940, quedando muestras de ello en un lote de fotografías de Rozas, y en los cantares, no en los del ramu, de tono más estrictamente religioso, sino en los de la joguera y la danza, que se fijan en ese momento y llegan hasta nuestros días. En «Porruanos…» están recogidos cuatro fotografías de la joguera de 1940 y tres de la de 1943, sin que podamos precisar si ésta fue la última. Por lo que se refiere a los cantares, la polémica tiene su referencia en la cuarta estrofa de danza, rememorando la sentida decisión de celebrar la fiesta en domingo: se canta ”siempre el segundo domingo/se celebra el viejo triunfo”. En los cantares de la joguera, de corte más festivo, la alusión es directa y jocosa, ante la decisión del cura: “Gracias a Dios que llegamos/ a nuestro querido templo/ lo contemplamos por fuera/ no pudimos entrar dentro”.
La plantación se hacía en medio del Campu San Julián (en donde coinciden Iglesia, Escuelas, Bolera y Casino) e iba siempre acompañada de un numeroso grupo de aldeanas, como puede apreciarse en las fotografías publicadas.
En la actualidad es una festividad multitudinaria a la que acompañan y arriman el hombro vecinos y forasteros, ya por la mañana, para ir a cortarla, y luego trasladarla hasta el práu de Llacín donde a última hora de la tarde se planta, y continúa simbolizando vivamente el espíritu de comunidad tan arraigado en nuestro pueblo.
Para la elaboración de este artículo hemos recogido testimonios puntuales de Victorina Sordo Gutiérrez (97 años) y Secundina Romano Gutiérrez (94 años) que aparecen en las fotografías. Son varias más las personas que aún viven que también aparecen.
Plantación de la joguera en el campu San Julián, año 1940. Foto del libro: «Porruanos, so jabla y sos costumbres»
Plantación de la joguera en el prau de Llacín en la actualidad. Foto de José R. R. Trespalacios
Fotografias de RAMÓN ROZAS (Llanes), reproducidas en el libro de Rogelia Martínez, Porruanos, so jabla, sos costumbres:
[1940]
[1940]
[1940]
[1943]
[1943]
[1943]
Maite Lobeto Romano
José L. Villaverde Amieva
Agostu 2018