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Obra e inauguración del templete del Parque (1934)

Obra e inauguración del templete del Parque (1934)

OBRA E INAUGURACIÓN DEL TEMPLETE DEL PARQUE (1934):

EN LAS CRÓNICAS DEL SEMANARIO El Pueblo DE LLANES*

 

El próximo lunes 12 de agosto se cumplen 85 años de la inauguración del quiosco del Parque de Porrúa. obra del arquitecto municipal Joaquín Ortiz (1899/1983), que culminaba las acciones de desecación de lo que fue Laguna de la Corrada y el saneamiento y ornato de la misma como plaza pública, y que de alguna manera fue la obra de remate de la Comisión de la Traída de Aguas.

 

Iniciada la obra en la primavera de 1934, la primera de las referencias la encontramos en la crónica (30.06.1934) que desde Porrúa, firma su corresponsal, Abd-El-Aziz[1]: “Porrúa es un pueblo sobre el que han recaído tradiciones y leyendas de mal gusto. Pero la realidad es que sus hijos, patriotas de amor inquebrantable, han sabido demostrar que Porrúa, sin el apoyo de nadie, marcha a la cabeza de los pueblos adelantados del concejo. Desde tiempos inmemoriales, como saben todos nuestros lectores, en nuestro pueblo se hicieron innumerables obras como la iglesia, el cementerio, las escuelas, la traída de aguas, y se llevó a cabo la desecación de la clásica laguna, alrededor de la cual surgieron miles de comentarios . Y todo ello a expensas de sus hijos. Y aún hay más; hoy se está llevando a cabo una gran obra de ornato público, seguramente la primera que de esa clase de adornos públicos existe en el concejo.  Es un quiosco que a la sazón se está construyendo en el centro del Parque de La Corrada y para el que prestaron su apoyo todos los hijos de Porrúa, los que están aquí y los residentes en América. Para la inauguración del referido quiosco, que coincidirá con la fiesta de ‘Los Santinos’, se está ya preparando un amplio programa que daremos a conocer en el momento oportuno”.

Un artículo -sin firma- posterior (21.07.1934), con un premonitorio título, ‘PORRUA, PUEBLO EJEMPLAR’, se refiere a las acciones llevadas a cabo históricamente en Porrúa y señala: “ se levantó un edificio-escuela modelo… se hizo la traída de aguas, se constituyó una sociedad de recreo vigorosa e independiente” [2] y añade “se desecó aquella célebre laguna que era espada de Damocles para la salud pública”. Aunque el objeto del artículo, in fine, es pedir que se arregle el camino que une el pueblo con Celorio, que aspira a ser carretera provincial, a la que indica tener derecho, aporta más datos de ‘El Parque’ y su quiosco. En aquel momento –dice-  se estaba llevando a cabo “la urbanización de esa esplanada que ocupa, ahora, el lugar en que se hallaba situada la laguna que hace años se desecó[3]. Sobre esa plazoleta convertida en hermoso parque, se está edificando un templete de perspectiva bellísima, cuya inauguración es propósito de los porruanos tenga lugar el dia mismo de la popular fiesta de los Santucos[4], allá en uno de los primeros domingos de agosto”.

A la semana siguiente (28.07.1934)  la crónica de Porrúa –sin firma también- refiere un avance del programa festivo. Anuncia “Los Santucos, en Porrúa” señalando que “este año la fiesta de San Justo y San Pastor va a superar todos los cálculos… porque en este caso, ésta vez, los festejos van a coincidir con la inauguración de un maravilloso templete, que concebido con la más atrevida modernidad, se ha levantado gracias al entusiasmo que los porruanos sienten por su pueblo”. Dichos festejos, para el que anuncia una afamada Banda de Música, se celebrarían el segundo domingo del mes, el 14 de agosto[5].  En información de la siguiente semana (04.08.1934)  ya se detalla el programa y se aportan más datos de los actos. En el apartado musical actuaría la famosa Banda Municipal de Villaviciosa, bajo la batuta de su director el músico Ramón Alonso. En el religioso ocuparía la cátedra religiosa el agustino P. Aurelio Martínez. Por lo que se refiere al quiosco detalla:  “A las cuatro, inauguración del templete, erigido en el Parque de la Corrada, obra que se debe a la concepción del ilustre  arquitecto don Joaquín Ortiz”. En la romería, que se llevaría a cabo a continuación, actuaría la Banda señalada, alternando con pianola y gaita.

La víspera de la fiesta, el semanario anuncia brevemente los actos, sin ninguna alusión específica a la inauguración, al margen de la referencia a la parte reliogiosa, y folkórica. Pasada la misma hay una extensa crónica de la celebración del 12 de agosto, aparecida el sábado siguiente, día 18,  y escrita, según se desprende del contenido,  por alguien de la redacción del periódico[6] (“Habíamos forjado el firme propósito de pasar una jornada entera y festiva en Porrúa”) que viene andando desde Llanes (“aprovechando el sol… de aquella mañana del 12 de agosto , allá fuimos por el camino un poco polvoriento… Allí estaba Porrúa. La portilla que se abre a nuestro paso, el repecho final del camino, y las primeras casas[7]”).

Alaba el Parque de Porrúa “que se abre al abanico visual del caminante como maravilla impensada porque a nadie puede ocurrírsele ir a dar en mitad de un pueblo que por su situación debiera ser agreste, con un parque tan atildado, tan pulcro, tan severo y tan bello. Y en medio del parque un templete, esbelto, señorial, flamante, construido como tantas y tantas cosas, a expensas del amor que los porruanos sienten por su pueblo en cuyo bienestar ponen todo su afán e interés”.

Este semanario en concreto, no reseña ningún específico acto inaugural a tenor de lo que indica el cronista. Nada cita de que autoridad alguna hubiera intervenido, ni la máxima autoridad municipal, entonces Félix Fernández-Vega, ni el concejal Celestino Tamés Gutiérrez, porruano, ni siquiera el alcalde de Porrúa Adolfo Concha Sánchez. Parece que quedó inaugurado con la actuación de la Banda Municipal de Villaviciosa. La crónica además de los elogios y la referencia a los actos religiosos y el ramu, continúa, en lo que aquí nos interesa, que “sobre el templete –concepción original y soberbia del arquitecto don Joaquín Ortiz- que acaba de inaugurarse en el medio solemne que le proporcionaba esta extraordinaria fiesta de San Justo y San Pastor, la Banda de Villaviciosa tocó sin descansos los más modernos bailables…”. Cierra la crónica señalando la gran verbena que cerró la fiesta y la acogida multitudinaria durante todos los actos.

 

José L. Villaverde Amieva

Porrúa, agosto 2019

*El artículo forma parte otro más extenso e inédito: Las Aguas y las Lagunas de Porrúa

[1] Dicho seudónimo corresponde a Ramón Romano Gutiérrez (Porrúa 1916/1989), conocido como Ramón de Juan de Juaco.

[2] La Sociedad ‘Casino de Porrúa’ (1928), luego retransformada en asociación.

[3]De las cinco lagunas existentes, se aprovecharon dos (Minga y Villa) para bebederos con la traída de aguas (1926), decidiendo vender las tres restantes. Dos de ellas acabaron subastándose (Arenas y Valmartín). La de la Corrada quedó exceptuada. La obra de relleno estaba iniciada en 1931 y acabada en 1933, con la panda circular que la rodea.

[4] Aunque no sea asumido hoy, vemos mayoritariamente este témino en la prensa de esta época, con alguna puntual excepcion, en la forma “Los Santinos”. En Porrúa la denominación coloquial para esta festividad en “San Justo”, así también en los cantares de la Danza Prima que se baila dicho día. El topónimo donde estuvo la capilla (S.XVII) es ‘Los Santos’, quizás a partir de ser conocidos en la literatura como “Los Santos niños”.

[5] Sobre el debate acerca del cambio de fecha al segundo domingo, vid. «La Joguera Porruana», Maite Lobeto y José L. Villaverde, en https://porrua.net/798-2/

[6] Quizá sea Francisco Gómez del Castillo, y posiblemente tambien autor del artículo “Porrúa, Pueblo Ejemplar’, citado.

[7] Se refiera a la portilla existente entonces en el inicio de la subida de La Caleyona.